Dia 1. Nazaré
Partimos de Laredo
muy muy temprano rumbo a Portugal, aprovechando las horas de sueño de Leire y 8
horas más tarde y con una parada a desayunar llegamos a Nazaré, uno de los
pueblos de pescadores más famosos de Portugal. No contiene los tesoros
arquitectónicos y los monumentos que se encuentran en otras ciudades
portuguesas, pero tiene un ambiente especial, típico de los pueblos pesqueros
portugueses, donde todavía pueden verse las playas llenas de barcas de madera
pintadas de colores y donde la gente todavía seca las capturas de peces al sol
y repara sus barcos junto a los turistas que toman el sol.
Nos instalamos en el
hotel y lo primero que hicimos fue ir a la playa bañada por el Atlántico. La
playa, rodeadas por un pintoresco conjunto de casas a lo largo del paseo
marítimo, muestran las tradicionales casetas de lona con rayas de vivos
colores en la orilla de un agitado mar.
Por la tarde,
después de un buen helado subimos en el funicular a “Sitio”, que situado sobre
un promontorio rocoso de más de 100 metros por encima de la parte principal de
la ciudad, ofrece maravillosas vistas sobre la bahía y la playa de Nazaré. Una
vez en la parte superior, además del mirador se encuentran la iglesia y una
pequeña capilla al borde del precipicio, la Ermida da Memória.
Por la noche paseamos por la multitud de tiendas y cafés que se extienden a lo largo de la Avenida Marginal, y cenamos en uno de los restaurantes que sirven una gran variedad de platos, todos relacionados con la especialidad local, que es la Caldeirada à Nazarena, un guiso a base de pescados típicos de la zona.
Por la noche paseamos por la multitud de tiendas y cafés que se extienden a lo largo de la Avenida Marginal, y cenamos en uno de los restaurantes que sirven una gran variedad de platos, todos relacionados con la especialidad local, que es la Caldeirada à Nazarena, un guiso a base de pescados típicos de la zona.
Dia 2. Óbidos-Peniche-Praia Baleal-Cabo
Carvoeiro-Lagoa de Óbidos - Sao Martinho de Porto
Después de desayunar
en la terraza del hotel, pusimos rumbo a la primera etapa del día: Óbidos, un
pueblo muy pintoresco, encaramado en una colina y rodeado por una muralla del
Siglo XIV que se puede recorrer en todo su perímetro.
Aunque hacía mucho
calor, mereció la pena pasar sin prisa por sus callejuelas medievales.
La estampa que
ofrecía sus casas de fachadas blancas salpicadas de flores en contraste con un
cielo azul era digna de disfrutar.
Y continuamos hasta
Peniche dónde disfrutamos de unas horas de playa repartidas entre sus tres
playas: la playa do Baleal, la playa da Consolaçao y la playa Medao conocida
como la playa “Supertubos”. Allí comimos en un típico chiringuito de playa y reposamos
al sol con el ruido de las olas de fondo.
Para finalizar la
visita a Peniche fuimos a Cabo Carvoeiro con su faro y sus peculiares
formaciones rocosas que parecen guardar las puertas de la Reserva Natural de
las Islas Berlengas, única reserva natural insular de Portugal.
Acabamos el día
disfrutando de la puesta de sol en la bahía de Sao Martinho de Porto.
Dia 3. Alcobaca-Fátima-Batalha-Praia
Sao Pedro de Moel-Nazaré
Comenzamos el día
visitando Alcobaca, que cuenta con la iglesia más grande de Portugal integrada
en el Monasterio cisterciense de Santa María. La abadía se fundó en 1153 y está
vinculada a la conquista de Santarem a los musulmanes por parte de Alfonso I,
que prometió levantar un gran templo para la orden del cister. Se completó en
1223 y se considera la primera obra gótica que se construyó en suelo portugués.
La fachada del templo fue recubierta en el siglo XVIII en estilo barroco. Por
sus dimensiones (222 metros de longitud), el conjunto resulta realmente
impresionante, y la bóveda y las columnas de la nave central de la iglesia
sobrecogen por su altura y por su sencillísima ornamentación. Además, tiene el
atractivo de poder contemplar las tumbas de Pedro I e Inés de Castro, que
protagonizaron una de las más bellas y tristes historias de amor del medievo
portugués. El Monasterio, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO en 1989, y en 2007 fue calificada como una de las 7 Maravillas
Nacionales Lusas.
Continuamos nuestro
viaje pasando por Batalha, cuyo mayor atractivo es el Monasterio Dominco de
Santa María da Vitoria, obra maestra del gótico portugués, que conmemora la
victoria de Aljubarrota en 1385. También es Patrimonio de la Humanidad.
Hicimos una parada
en Fátima para ver el santuario. Sobrecoge ver a los peregrinos recorriendo de
rodillas la explanada hasta llegar al santuario.
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