viernes, 22 de junio de 2007

Vietnam

Vietnam te envuelve en un intenso torbellino de sensaciones. Los paisajes son espectaculares, gracias a una rica civilización que ha dejado templos y tradiciones por todo el país y a una extraordinaria riqueza natural, salpicada de impresionantes montañas, arrozales color esmeralda y costas de ensueño. Vietnam es un lugar de belleza inigualable, lugar de excesos y contrastes. Vietnam es la historia de un pueblo en movimiento.

Nuestro recorrido comenzó en Hanoi, una bonita ciudad todavía con sabor propio, caracterizada por las cientos de motos que invaden sus calles. Continuamos a Sapa, zona montañosa rodeada de arrozales dónde viven minorías étnicas. Un trekking entre arrozales te permite, no sólo retroceder al pasado, sino también descubrir la forma de vida de los habitantes de la región.

De ahí fuimos a la Bahía de Halong, el paisaje es espectacular, 3.000 atolones de piedra caliza con vegetación pueblan la bahía formando un enorme laberinto de islotes que parecen emerger de un sueño con tranquila agua verde esmeralda en el que nos podríamos perder eternamente. ¡Cada rincón es fascinante!

Continuamos al centro de Vietnam dónde destaca Hué, ciudad imperial con un gran legado de cultura dónde se pueden visitar las tumbas de los emperadores que se sitúan a orillas del río Perfume, y Hoi An un encantador pueblo pesquero lleno de casitas bajas de principios de siglo rodeadas de enredaderas. Hoi An invita a perderse entre sus calles llenas de sastrerías y en sus infinitas playas desiertas. Unos días de relax en las playas sirven para reponer fuerzas y continuar la visita del sur del país.

En el Sur visitamos Ho Chi Minh (antigua Saigón), capital económica de Vietnam, y los mercados flotantes del Delta de Mekong. El delta se divide en nueve brazos (los nueve dragones) y en la confluencia de los siete canales se ubican los mercados flotantes, dónde los lugareños intercambian sus productos. El agua no impide que la vida se desarrolle normalmente y todo transcurre en ese medio: casas, gasolineras, mercado, iglesias, todo sobre el agua. Vietnam es un país que no deja indiferente, sin duda, ¡¡ Un destino para volver!!


22/06/2007 Hanoi


Después de 13 horas de vuelo hasta Bangkok, dos de espera en el aeropuerto y otras dos de vuelo, por fin estábamos en Vietnam!!

Nuestro viaje comenzó en Hanoi, capital de Vietnam. Hicimos todos los trámites en la aduana y fuimos a descansar un par de horas al hotel Melia Hanoi. Después de engañar al jet lag, recorrimos las calles de Hanoi en un "Cyclo Pousse” (bicicleta que te lleva en un carrito en la parte de delantera). Empezamos nuestro recorrido a través de las calles del barrio antiguo, allí cada calle tiene el nombre de una mercancía, y encuentras desde la calle de las especias hasta la calle de las lápidas pasando por la de los juguetes, la de la seda, la de los budas, todo tiene cabida en las cien calles!!. La primera sensación que nos dio Hanoi es una ciudad con mucho encanto y personalidad propia, la imagen típica es la de una ciudad invadida por las motos y llena de mujeres con sombreros de paja típicos vietnamitas, y la mayoría de los hombres con salacots militares. Desde la bici vivimos de primera mano la locura del tráfico en Hanoi: hay miles de motos en todas las direcciones.

Apenas vimos un par de semáforos que la mayoría de la gente no respeta. La primera lección para sobrevivir en Hanoi: aprender a cruzar la calle. No puedes cruzar la calle corriendo, sólo tienes que copiar a los vietnamitas, te tiras a la calle en medio de las motos y vas andando lentamente dejando a los motoristas la responsabilidad de esquivarte. Lo curioso es que funciona. Eso sí, hay que armarse de valor, sobre todo la primera vez.. ¡toda una experiencia!


Las casas en Vietnam son muy curiosas, como los vietnamitas tienen que pagar impuestos según los metros de fachada que tuviera su casa, todas tienen la menor fachada posible. Así que son estrechas y alargadas. En resumen, Hanoi es una bonita y loca ciudad todavía con sabor propio. Y lo mejor de todo son las cervezas! Lo primero que hay que aprender a decir o leer en vietnamita es: Bia Hoi (típica cerveza vietnamita de barril).



23/06/2007 Hanoi - Lao Cai


Por la mañana madrugamos y nos dirigimos con nuestro guía al Mausoleo de Ho Chi Minh (impresiona ver el cuerpo embalsamado de Ho Chi Minh, sobre todo por el ambiente de respeto que se respira en la sala), en Hanoi, como en el resto de Vietnam el calor aprieta y con tanta humedad no es fácil de llevar. Visitamos también su residencia privada, la Pagoda de un solo Pilar y el Museo Ho Chi Minh. Después visitamos los Templos de Quan Thanh, junto al Lago West, el templo de la Literatura y el Museo del Ejército. Comimos en el restaurante Rung, típico restaurante vietnamita y muy bueno por cierto, y al atardecer fuimos al espectáculo de "Marionetas sobre el agua", representación típica que muestra las escenas de la vida cotidiana de los habitantes de Vietnam. 


Nuestro tren partía a Lao Cai por la noche y fuimos al hotel de la estación a ducharnos y cambiarnos. El hotel, de esos para olvidar, con una atención pésima, lleno de mosquitos y con unas colchas tipo cuéntame llenas de manchas. ¡¡Nada recomendable!! Recién duchados y puesto que el hotel no invitaba a descansar fuimos a dar un paseo por las calles alrededor de la estación de tren y a las 22:00 estábamos rumbo a Lao Cai, en un compartimiento del tren litera. Nosotros compramos billetes para literas blandas y menos mal! En el compartimento íbamos dos vietnamitas, uno era nuesro guía y nosotros. No se veía ningún turista en el tren. El viaje lo hicimos en el tren Tulico.


24/06/2007 Lao Cai - Sapa


Dimos una cabezadita durante las 8 horas del trayecto en tren y a las 7 de la mañana estábamos en Lao Cai. Al llegar estaba lloviznando y aprvechamos a desayunar en una cafetería made in Vietnam un bocata de tortilla en penumbras porque se fue la luz. En cuanto llegó nuestro transporte, 4*4, pusimos rumbo Bac Ha. 


El mercado de Bac Ha es un mercado muy colorido que únicamente abre los domingos, martes y sábados, y es donde las diferentes minorías de la región ( Dao, Tay, Giay, Hmong) intercambian sus productos. Para los escrupulosos no es el sitio más recomendado para visitar porque allí se pueden ver desde peluquerías in-situ con todo el pelo en el suelo, hasta pescaderías en pequeñas piscinas dónde está metida la pescatera hasta las rodillas, pasando por el ‘stand’ de venta de perros para comer y terminando por los cerdos que no paraban de chillar. Todo esto con barro hasta los tobillos!! 
Aún con esta descripción he de decir que el mercado me encantó, allí se vive la realidad de un pueblo que sigue viviendo cómo sus antepasados. Además el mercado está enclavado en un pueblo precioso rodeado de bonitas montañas. Antes de comer realizamos un paseo en una barca a motor por el rió rojo y paramos en un una aldea a orillas del río. En la aldea se respiraba la paz y tranquilidad de un pueblo que vive de sí mismo. Recorrimos sus calles viendo las casas típicas con cereal secando al sol, las piscinas naturales en las que mantiene el pescado, árboles frutales (alguno centenario) y perros enjaulados (para comer). Eso sí, en cada casa su antena parabólica!

De regreso paramos a comer en un sitio encantador, en la casa de unos parientes de nuestro guía. Nos prepararon comida típica vietnamita y nos trataron a las mil maravillas, creo que es el día que mejor he comido, tanto por las vistas y la paz del lugar como por la comida. Paramos en el puente que sirve de frontera entre China y Vietnam. Allí nos paramos a contemplar el trajín de la frontera y lo curioso que resulta el intercambio de mercancías: los vietnamitas llevan a pie hasta la mitad del puente sus mercancías y los chinos la transportan de mitad del puente hasta su país. ¡¡muy bueno!!

A media tarde llegamos a Sapa. Sapa, situada a unos 1.500 metros de altura, es un sitio muy famoso por sus campos de arroz en terrazas y sus panorámicas impresionantes sobre valles y pueblos de gran belleza. En los poblados de alrededor de Sapa viven muchas minorías étnicas, todos suelen ir vestidos con sus trajes tradicionales, que son realmente vistosos, y algunos abalorios. Las etnias mas numerosas son los Hmong y los Dao (que llevan turbantes rojos). El pueblo de Sapa es muy pequeño, pero lleno de vida. Allí llegan las gentes de los poblados de los alrededores, para comprar o vender en el mercado local todo lo que te puedas imaginar!

Lo mas característico de Sapa son las niñas Hmong, o niñas Flor, que recorren las calles a la caza del turista, intentando que les compres unos brazaletes, un bolso bordado o cualquier otra cosa. ¡Son incansables! No dejan de perseguirte, preguntando una y otra vez "vas a comprarme algo? vas a comprarme algo?". Da igual cuantas veces les digas que no, no se aburren... Pero al fin y al cabo son niñas, y si sabes tratarlas como tales, acabas jugando con ellas y pasando un buen rato. A nosotros dos niñas preciosas y con un desparpajo increíble nos acompañaron por nuestro recorrido durante más de una hora y al final acabamos comprándoles una funda para un cojín (que ahora está en Matute) y un llavero con campanillas que nos acompañara colgado en mi mochila durante todo el viaje. Cada vez que las oiga me acordaré de esa niña que a buen seguro llegará lejos!!


Cenamos en el hotel Victoria Hotel Sapa, un sitio precioso, decorado todo de forma étnica en lo alta de Sapa con unas vistas magnificas del pueblo. Antes de dormir lavamos mi cabeza cómo 10 veces, que risas acordarme pero que agobio en ese momento!! Compramos litros de agua, champú vietnamita y nada de nada!! Las fotos dan testimonio del motivo de mi desazón ;-) Supongo que era la mezcla del agua, la humedad o yo que sé, el caso es que mi pelo no era mi pelo.


25/06/2007 Sapa - Hanoi



Nos levantamos temprano (un día más ;-)) para visitar el mirador de Sapa (desde dónde había una panorámica preciosa con el monte Fancipan con nubes bajas de fondo) y asistimos al espectáculo de la danza de las minorías que comenzaba a las 9:00. Después partimos hacia Thac Bac para contemplar el Monte Fancipan con 3.143m de altura y para visitar la Catarata Plata donde se contempla un maravilloso paisaje de la región.

Salimos hacia el poblado Laochai (a 10 km de Sapa) para realizar un trekking entre arrozales. Al llegar a Laochai almorzamos en plan picnic (con vino de Dalat y arroz cocido embuelto en hojas de bambú) en la terraza de la casa de la maestro del pueblo. Las vistas formidables!! Después de reponer fuerzas partimos a pie visitando algunos poblados y seguimos a Tavan, para ver los tribus H'mong Negra. Desde allí, visitamos la tribu Dao Roja y continuamos el trekking atravesando la tribu de los Tay.

Para mí el trekking por arrozales fue sin lugar a duda uno de los mejores momentos del viaje y eso que hubo muchos!! Recorrer los poblados viendo sus gentes, sus tareas diarias
, el duro trabajo en el campo, los niños, los paisajes, los bueyes de agua arando el terreno, todo en si mismo hizo del trekking un momento inolvidable.


Por la tarde regresamos a Lao Cai para tomar el Tren Ratraco de regreso a Hanoi. Pasamos la noche en tren durmiendo lo que pudimos y a las 5.30 de la mañana estábamos de nuevo en Hanoi.



26/06/2010 Hanoi - Bahía Halong

Como llegamos my pronto y no sabíamos qué hacer hasta las 8:00 que partíamos hacia la Bahía de Halong, decidimos ir a dar un paseo por el lago central. Fuimos andando callejeando por avenidas desiertas y cual fue nuestra sorpresa al llegar al lago central y ver a cientos de personas haciendo todo tipo de ejercicios matinales: había gente andando alrededor del lago, haciendo footing, aeróbic con profesora incluida, tai chi, yoga, estiramientos, abdominales, había gente por todos los lados y todos en movimiento! Alguno me dio la sensación de que todavía no se había quitado el pijama ;-), te quedas impresionado con la vitalidad que desprende el país.


Rodeamos el lago dando un paseo de casi dos horas contemplado el trajín que se traían todos allí, y yo deseando una cama, el mundo está loco! Fuimos a desayunar y partimos a la hora prevista hacia la Bahía de Halong. Son casi cuatro horas en coche desde Hanoi hasta el puerto donde se embarca.


Al llegar nos metieron en un barco, el nuestro era el Annam Junk, donde almorzamos a base de marisco contemplando lo que sin duda es lo más especial de Vietnam, la Bahía de Halong, cientos de atalones de piedra que sumergen de la nada. Espectacular!


Pasamos la tarde y la noche recorriendo la bahía, casi todo el tiempo en la cubierta, tomando el sol, charlando con otros viajeros y sobre todo haciendo miles de fotos porque aunque todo el rato el paisaje es similar, cada una de las vistas y cada piedra es espectacular, misterioso y único. Después estuvimos visitando los pueblos flotantes. La mayoría de los 3.000 islotes que hay en la Halong Bay son escarpadas formaciones calizas donde solo viven insectos, águilas y otras aves, y unos pocos monos. No hay posibilidad de establecerse allí, así que muchos pueblos viven en casas construidas sobre balsas de madera, y sobreviven construyendo granjas de peces y mariscos. Pescan y los crían, y cuando engordan, los venden. El pescado y el marisco en esta zona es excelente. Además de la pesca, por supuesto el turismo es otra de las formas de ganarse la vida de esta gente. Cuando los barcos de turistas se acercan, ellos llegan en barcas para vender fruta fresca, comida y recuerdos. Por supuesto también ellos utilizan sus técnicas de marketing, a la barca llega la mamá con su bebé o un niño pequeño y todos compramos porque ¿cómo decir que no?



Otra de las cosas que hacen es ofrecer a los turistas la posibilidad de dar una vuelta en barca y ver alguna de las cuevas, y entrar a traves de ellas. Nosotros entramos a traves de una cueva y llegas a un sitio rodeado de montañas y paredes por todas partes, salvo la entrada de la cueva por la que habíamos llegado. Una especie de playa privada, pero sin playa, porque no hay. ¡Perfecto para darse un baño! Yo no me atreví porque me daba miedo no poder subir a la barca de nuevo, de todos es conocida mi torpeza ;-) pero Igor allí que se tiró. La paz y el silencio de aquel lugar al parar el motor de la barca fue espectacular, una paz difícil de encontrar hoy en día.

Pasar la tarde en el barco, y nadar en las aguas de la bahía es una delicia, a pesar de que el agua esta increíblemente templada (yo hubiera preferido mas fría para quitarme el calor de encima!). Ver desde la cubierta la puesta de sol, en medio de ese escenario, con tanto silencio alrededor, charlar en la cubierta con otros viajeros viendo las estrellas, y pasar la noche en medio de la bahía, apenas mecida por las aguas, y con la brisa entrando en el camarote para refrescar la noche es simplemente ¡¡mágico!!


27/06/2007 Bahía Halong - Hanoi


Por la mañana visitamos la cueva Sung Sot y continuamos un agradable crucero de unas 2 horas por la bahía, navegando entre islotes con formas extrañas, cubiertos de vegetación. Almorzamos en el crucero y por la tarde regresamos por carretera a Hanoi. Una vez en Hanoi aprovechamos para dar una vuelta por la ciudad y cenamos en un sitio típico vietnamita.








28/06/2007 Hanoi - Hue


Por la mañana temprano tomamos un vuelo a Hue, antigua capital de Vietnam bajo la dinastía Nguyen que gobernó desde 1802 a 1945. Nada más llegar a Hue tomamos una embarcación para los dos en el Río del Perfume y fuimos a visitar las tumbas imperiales. Todas las tumbas son un conjunto de mausoleos con bonitos jardines, residencias imperiales, lagos con flores de loto, pagodas, etc. En todas las tumbas reales, además de obeliscos, estanques de loto, hay una "estela de mármol", que es esa losa donde se escribe el reinado y las hazañas del difunto emperador. Cómo curiosidad,Tu Duc escribió el suyo propio, que es mas o menos como redactar tu propia esquela.Visitamos el mercado de Hue, dónde la mezcla de olores se me hizo insoportable. 

Allí compramos un potinje para mis picaduras de mosquitos y fuimos a visitar la ciudadela. Era el día más caluroso y allí no había ni una sombra (40 grados con una humedad enorme). Cuando acabamos de ver el complejo, que estaba destrozado por la guerra y estaban recuperando los edificios, fuimos a comer y de ahí a pasera por las calles de Hue. Cenamos en un bar que recomendaba la guía que era bastante cutre (lagartijas correteando por las paredes incluidas) pero la comida no estaba mal, sobre todo para Igor ;-) y a descansar al hotel Saigon Morin Hotel, que todo sea dicho era impresionante.





29/06/2007 Hue - Danang - Hoi An

De camino a Hoian paramos en las montañas de mármol. Esta a unos 20 km de Hoi An. Se compone de cinco montañas de mármol, en una de ellas hay cuevas naturales en las que los vietnamitas han ido tallando y colocando estatuas budistas e hindúes. También han construido templos, pagodas y monasterios. Menos mal que los vietnamitas dejaron de extraer el mármol de estas montañas y ahora lo importan de China, porque se dieron cuenta que al ritmo que estaban extrayendo, pronto se quedaban sin montañas, sin cuevas y sin turistas... Es patrimonio de la humanidad, y ya que está de paso, merece la pena una parada. 
El pueblo dónde están las montañas de mármol está ahora lleno de talleres y tiendas de artículos de mármol, que venden estatuas enormes de budas, animales y demás figuras horribles. Allí te planteas ¿quién comprará estas cosas?, ¿dónde las pondrán?, ¿en el salón? Continuamos hacia Danang dónde hicimos una breve parada para ver el museo de arte Cham (parada totalmente prescindible ya que luego visitamos el pueblo Cham in-situ). Y seguimos por la ruta de Hai Van hacia Hoi An. Paramos para visitar la aldea de pescadores de Lang Co y a comer en un sitio muy chulo dónde nos clavaron (para estar en Vietnam claro está) y a media tarde llegamos a Hoi An.  

Hoi An! Es un pueblecito encantador, a orillas de un río, lleno de casitas bajas de principios de siglo, rodeadas de enredaderas y buganvillas en flor, donde pasarte la tarde de paseo andando o en bici (nosotros hicimos ambas cosas) de un lado a otro... es realmente precioso! Merece la pena pararse aquí unos días.
 Por la tarde realizaremos un paseo entre las 844 casas y templos de Hoi An, incluyendo la Casa de Tan Ky, de 200 años de antigüedad, con los poemas chinos escritos en nácar, o incluso la estructura más antigua llamada "The House at Tran Phu St.", hecho de madera tallada, que todavía está habitada y acabamos visitamos el mercado de la ciudad, situada a la derecha del río.

Antes de regresar al hotel Hoi An Beach Resort concretamos en una de las mil agencias que hay por todas las calles una excursión a My Son, antigua capital del imperio Cham. Cenamos en la terraza del hotel, rodeado por un lado por el río y por el otro por la playa. Por las noches los habitantes de Hoi An prenden unas velas de colores y las extienden por el río, es realmente precioso cenar bajo la luz de las velas extendidas por todo el río.

30/06/2007 Hoi An

A primera hora de la mañana nos estaban esperando en el hotel para ir a My Son. Cuando llegamos todavía no había llegado ningún turista, ¡los dioses todavía no se habían despertado! Paseamos entre las ruinas del imperio Cham que están rodeadas de montañas disfrutando de la magia que algún día tuvo ese lugar. Las ruinas son similares a las que luego vimos en Camboya pero sin duda la excursión merece la pena. 
 

Regresamos a Hoi An y tomamos un barco por el cauce del río donde pudimos ver la forma de vida de los pescadores de la zona. Como poco a poco Vietnam se está abriendo al turismo, los habitantes se aprovechan de ello y allí, en medio del río unos pescadores nos hicieron la demostración de sus labores diarias, lanzando la red y mostrándonos los peces que pescaron. Todo esto a cambio de la voluntad (unos pocos dongs ;-)). 
 Hoi An es un pueblo pequeñito, pero no acabas de terminar de verlo y disfrutarlo! A la orilla del río hay montones de tiendas y restaurantes, donde sentarte a cenar o tomar una bia hoi y disfrutar de la vista.


También es famoso por sus sastrerías. Aquí encargas cualquier traje un día por la noche, y los recoges al siguiente por la mañana, o lo encargas por la mañana y lo recoges en dos o tres horas. Después de recorrer varias sastrerías, tomarme medidas y decidirme entre la cantidad de cosas que ofrecen (la gente se compraba hasta abrigos, con el calor que hace!!!), encargamos (todo para mí!) un vestido, una falda y alguna camisa. Fue toda una experiencia!



Cenamos en un de los restaurantes a orillas de río y regresamos al hotel.

01/07/2007 PLAYA Hoi An

Nada más desayunar nos pusimos el traje de baño y fuimos a dar un paseo por la playa, una playa preciosa y desierta!

Los vietnamitas no van a la playa hasta por lo menos las 5 de la tarde (anochece a las 6), para que no les de el sol y no ponerse morenos. Así que pudimos disfrutar de una preciosas playas aún vírgenes para nosotros sólos, una maravilla!! Eso si, el aguas están llenas de medusas enormes!! Este día frenamos la marcha del viaje y estuvimos descansando en la playa y en la piscina del hotel hasta media mañana que fuimos a recoger mis trajes al pueblo (en nuestras bicis).

Para los tres días que pasamos en Hoi An alquilamos unas bicis. Era estupendo, porque así fuimos de la playa al pueblo y del pueblo a la playa un montón de veces, esta como a unos 3 o 4 km. Eso sí, la primera vez que aparcamos las bicis en el hotel, les pusimos los candados y al cogerlas para volver al pueblo el candado de una de nuestras bicis no se abría así que los del hotel nos tuvieron que ayudar a romperlo.

Llegamos al pueblo a media mañana, lo primero fui ir a probar las camisas y la falda, buff! me quedaba todo fatal, la chica de la tienda me tranquilizó, me volvió a medir, marcó con tiza las camisas y nos dijo que volviéramos por la tarde así que eso hicimos, paseamos por el pueblo, comimos y regresamos por la tarde. Las camisas y la falda me quedaban aún peor que por la mañana, nos pidió otra hora. Al cabo de la hora allí estábamos de nuevo y aquello seguía igual así que la chica de la tienda que estaba encantada conmigo (creía que le había dado suerte porque la tarde que le compré las camisas vendió a unos australianos un fortuna), me pidió que le acompañara, me monté con ella en su moto y allí que me fui a no sabía dónde. Igor se quedó con las dos bicis tomando una bia hoi. Me llevó a un taller de su familia que es dónde crean las prendas, me probó todo, su hermano me midió y en un pis pas me deshicieron las camisas y la falda y me las volvieron a coser y planchar y probar y descoser, coser y planchar. Para mí fue un pis pas pero para Igor no tanto que tardé una media hora y me había ido sin móvil ni nada de nada, para matarme!!! Eso sí, tengo unas camisas estupendas…

Al atardecer fuimos a devolver las bicis porque al día siguiente nos íbamos de allí. No estaba el crío que nos las alquiló, así que le explicamos a su abuelo lo que había ocurrido con el candado, no nos puso pegas así que nos fuimos.

En Hoi An también fabrican los farolillos chinos de seda. Las calles de noche iluminadas con todas las tiendas de farolillos encendidos es chulísimo. Cenamos y regresamos al hotel.



Ya en el hotel Igor bajó a escribir a nuestras familias por e-mail y yo me quedé preparando la maleta para el día siguiente. Me llamaron de recepción que tenía visita y bajé pensando que era Igor y no! Era el niño de la bici y su madre con candado en mano pidiendo dinero, pero no con el discurso ‘me lo has roto’, sino con el de ‘por favor que no tenemos para comer, danos dinero para arreglarlo’ así que les di unos dongs y se fueron contentos. Sé que cometí un error, porque seguro que piensan que timando a la gente se gana dinero y así es difícil que cambien, ya antes habíamos leído que era un timo común, pero verles a la cara y negarles dos euros con lo poco que para nosotros significan…

02/06/2007 Hoi An - Saigón (Ho Chi Minh)


Por la mañana muuuy temprano cogimos un vuelo con destino Saigón. Saigón no nos gustó especialmente. No tiene el encanto de Hanoi, no hay ningún barrio antiguo, ni edificios antiguos especialmente bonitos. Los edificios mas destacables son bastante europeos, datan de la época del colonialismo francés (cómo la oficina de correos).
Ho Chi Minh está llena de motos como en Hanoi, pero claro, te impresiona la primera vez que ves tantas juntas, las demás no tanto.

Visitamos el Palacio de la Reunificación, donde entraron los tanques del Vietcom y tuvo lugar la caída de Saigón, que puso punto y final a la guerra de Vietnam. Más que nada, un sitio de interés histórico.



También visitamos el barrio Chino y el Mercado Cho Lon. En el mercado duramos cinco minutos que con el olor de las especias, la carne y el pescado casi caigo redonda!!

Y el museo de la guerra, que formalmente se llamaba algo así como "museo de los crímenes del imperialismo americano". El museo es un poco deprimente, mucho aparato militar (aviones, cazas, tanques, carros de combate, bombas, armas de asalto), fotos de muchas personas que cayeron en la guerra, fotos de niños con discapacidades como consecuencia del napalm (se ven muchos por Saigon, con los brazos y/o las piernas a medio formar). También las "jaulas de tigre" donde encerraban a los prisioneros del Vietcom. En fin nada agradable, está bien por conocer lo duro que puede llegar a ser una guerra pero a mí se me puso un mal cuerpo que tuve que salir sin acabar de ver las miles de fotos que dan testimonio de los horrores de una guerra absurda.



En el mercado de Ben Thanh es dónde compramos los pocos regalos que trajimos a España, algún que otro bolso y camisetas de cucudrulo ;-). Para todo aquel que crea que Vietnam es el paraíso de las compras, está muy equivocado!! Imitaciones caras y malas es lo único que puedes encontrar en Vietnam.

La terraza del Hotel Rex tenía unas vistas estupendas de Saigón (de hecho muchas guías lo recomiendan cómo punto de interés para tomar una copa) así que nosotros allí que fuimos a tomar una cerveza amenizado por una orquesta que cantaba canciones en Vietnamita e intentaba cantar en Español algo así cómo ‘Para bailar la bamba’ pésimo, ¿Os he dicho ya lo MAL que cantan los vietnamitas? Es algo que impresiona!! Los karaokes en ese país los utilizan para otros menesteres…

03/07/2007 Ho Chi Minh - Vinh Long (Delta Del Mekong)


Tras unas 3 horas en autobús, llegamos a un pueblo, Cai Be, donde nos montamos en el primer barco que nos llevó a ver el mercado flotante. Es muy pintoresco ya que cada barca tiene una pértiga de bambú donde cuelgan el artículo que se venda allí: si se venden piñas, pues una piña. Si calabazas, pues una calabaza, etc. Eso sí, los habitantes del delta del Mekong habitan en sus barcas y todas ellas tenían antena parabólica, es muy curioso!


Durante el viaje en barco nos llevaban a sitios donde nos enseñaban cómo se hacían determinados artículos, y de paso nos lo intentaban colocar (yo creo que prácticamente todos caímos). Caramelos de coco, palomitas de arroz fabricadas mezclando el arroz con el arena caliente del fondo del Mekong y tamizando después, papel de arroz del que se come, licor de serpientes, licor de escorpión, delicatessen aptas para todos los paladares! Por supuesto la degustación estaba incluida... Nosotros compramos un gorro vietnamita hecho a mano por una señora allí mismo, las delicatessen que ofrecían yo ni las probé, Igor no puede decir lo mismo que hasta licor de ese de escorpión bebió buaggggg que asco!!!


Pasamos por en medio de muchas casas flotantes, casas que cada diez años hay que renovar por la corrosión del agua salada del Mekong. Debajo de cada casa suele existir una granja de peces. Y también pasamos por gasolineras flotantes! Lo mejor de viajar por estas tierras es que siempre hay algo que te sorprende!

Desembarcamos para comer en la casa de unos habitantes del delta del Mekong (son muy hospitalarios!) y nos dieron pescado del delta del Mekong, mejor no pensar lo que comimos porque el agua tienen un color… Eso sí, la utilizan para todo, para lavar, para ducharse, para nadar.. Es su fuente de vida!



Por la tarde desembarcamos en Vinh Long, visitamos la ciudad y regresamos a Ho Chi Minh. Cómo era nuestro último día en Vietnam nos dimos el capricho, nos dimos un masaje de pies (con uña rota incluida!) y cenamos en un restaurante de alto standing con música en directo. Eso sí, el precio ridículo para lo que estamos acostumbrados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Anita, buscando, buscando encontré tu blog. Si antes tenía unas ganas locas de visitar Vietnam ahora tengo la necesidad de ir!!
Me encanta tu blog, te felicito (eso sí las fotos de Cárdenas deben mejorar, más que nada, porque no encuentro ninguna ;-)
Besitos,
Laura

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